La búsqueda de una vida estable y tranquila es una experiencia Universal; a pesar de ello no suele ser fácil, gran cantidad de factores parecen diseñados por la realidad para dificultar estos objetivos.
La confusión y la incertidumbre que experimentan las personas hoy en día son el resultado de una compleja interacción de factores sociales, económicos y personales, que son de lo más habitual y que se transforman y evolucionan de manera sorprendente para entorpecer la tranquilidad y el equilibrio que requieren nuestras actuaciones y planes.
Una pregunta muy pertinente, dada la complejidad de los factores involucrados suele ser ¿Te gustaría saber cuáles son los elementos que producen esa gran confusión y cómo puedes hacer para controlarlos?
Factores que propician incertidumbre
Expertos en el tema suelen coincidir en ciertos elementos que según ellos afectan la personalidad y generan la gran confusión, dudas e incertidumbre reinantes, afirmando que hoy en día los más importantes son los siguientes:
La sobreabundancia de información: El acceso constante a noticias, opiniones y datos a través de internet puede generar una sobrecarga informativa que dificulta discernir lo relevante de lo superfluo.
La rápida evolución de la forma de hacer las cosas: La ciencia, el conocimiento y la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, lo que obliga a las personas a adaptarse constantemente a nuevos entornos y formas de vida.
La precarización laboral: La forma de ganarse la vida y generar ingresos, la inestabilidad laboral y la búsqueda constante de nuevas oportunidades generan inseguridad y estrés.
La complejidad de las relaciones sociales: La interacción personal se amplifica día a día. Las redes sociales y las nuevas formas de comunicación han transformado las relaciones interpersonales a modo online, lo que puede generar sentimientos de soledad y aislamiento físico y emocional.
La pérdida de referentes y valores tradicionales: La crisis de los grandes relatos y la pérdida de valores tradicionales generan una sensación de vacío y falta de dirección.
Los tentáculos del ego: Los deseos del hombre de lograr sus más íntimos propósitos, buenos y malos, para satisfacer sus deseos, propician una competencia muchas veces despiadada, dando como resultados más perdedores que ganadores, creando victimización y pasividad sistémica en los menos beneficiados. El poder, el dinero, la fama y el control de masas, con intereses específicos, son los factores más notables en este sentido, tal como se ha manifestado a lo largo de la historia conocida del hombre.
Un sencillo análisis de esos factores, entre otros, y sin querer cuestionar la opinión de los expertos, evidencia que todos tienen como elemento común la interacción del hombre, de los humanos; e inevitablemente son susceptibles a los petulantes impactos del último factor mencionado, el ego, lo que va a requerir una atención especial.
El ego como raíz de muchas circunstancias
Es cierto que el ego, entendido como esa parte de nosotros que persigue éxito, reconocimiento, poder, fama y bienestar, puede ser un poderoso motor detrás de muchas de las dinámicas sociales que generan cambios, confusión e incertidumbre.
La poderosa influencia de los instintos de la naturaleza humana del hombre, en todas sus formas, es un factor crucial que conlleva al desarrollo y evolución de muchos de los elementos que agravan la confusión y la incertidumbre en las sociedades actuales.
El deseo de prevalecer, controlar, divertirse, sobresalir, someter, facilitar, entre otros instintos, manifestado en cualquiera de sus expresiones, ya sea explícito o sutil, sin duda contribuye a generar en forma consciente los elementos que dan lugar a un sentimiento de impotencia y desorientación en las personas afectadas.
Sin embargo, es importante reconocer que el ego no es el único factor que contribuye a la confusión y la incertidumbre. Otros elementos, como las estructuras sociales, los sistemas económicos y los factores psicológicos individuales, también juegan un papel importante.
¿Cómo podemos hacer frente a esta situación?
Aunque la situación actual puede parecer abrumadora, existen diversas estrategias, muy sencillas, que son un buen comienzo para ayudar a las personas a encontrar un mayor sentido de control y bienestar:
Cultivar el pensamiento crítico: Aprender a evaluar la información de manera objetiva y a identificar las fuentes fiables es fundamental para tomar decisiones informadas.
Fomentar la resiliencia: Desarrollar la capacidad de adaptarse a los cambios y de superar las adversidades es esencial para afrontar las incertidumbres de la vida.
Buscar apoyo social: Conectar con otras personas, ya sea a través de la familia, los amigos o grupos de apoyo, puede proporcionar un sentimiento de pertenencia y comprensión.
Establecer metas realistas: Fijarse objetivos claros y alcanzables puede ayudar a mantener la motivación y a avanzar hacia un futuro más seguro.
Practicar la autoconciencia: Conocerse a uno mismo, sus valores y sus fortalezas, es fundamental para tomar decisiones alineadas con nuestros deseos y necesidades.
Buscar ayuda profesional: Si la confusión y la incertidumbre se vuelven demasiado abrumadoras, consultar a un psicólogo o terapeuta puede ser de gran ayuda.
Especial atención requiere entender la lucha interior de la condición humana para controlar los tormentos del ego inferior. Para ampliar este concepto, y su inevitable impacto en nuestra vida, es importante comprender el origen de nuestras creencias y conductas, que eventualmente darán lugar a la naturaleza del ego en cada uno de nosotros.
Construyendo una brújula interior
La búsqueda de una vida tranquila y plena es un viaje personal. Cada individuo debe encontrar su propio camino y construir su propia brújula interior. Algunas prácticas que pueden ayudar en este proceso son:
La meditación: Estas prácticas ayudan a calmar la mente, reducir el estrés y aumentar la conciencia del presente. Ello es posible cuando la meditación incluye la evaluación y el análisis de nuestras experiencias, que nos permiten entender nuestra realidad y las razones de nuestro comportamiento y reacciones, que son la base de todo camino genuino al cambio personal.
La conexión con la naturaleza: Pasar tiempo en la naturaleza puede ayudar a restaurar la conexión con uno mismo y con el mundo. Estos procesos suelen ser muy positivos cuando integran el autoconocimiento con la comprensión de la realidad del entorno, para luego estimular valores que impulsen la unidad de la hermandad de la vida y la propia Creación.
El desarrollo de habilidades: Aprender nuevas habilidades puede aumentar la autoestima y abrir nuevas puertas. Estas habilidades deben incorporar elementos para estimular el talento y la sabiduría, pero también de cambio personal, como transmutar cualidades personales para controlar nuestro mundo interior e impulsar la fuerza de voluntad para tomar decisiones correctas.
La búsqueda de un propósito: Encontrar un sentido a la vida puede proporcionar una gran motivación y dirección. Esta iniciativa, para tener éxito, debe incorporar un método de enfoque y alineación de nuestras actividades diarias con nuestro propósito. Es, inevitablemente, una nueva forma de vida.
La confusión y la incertidumbre son sentimientos comunes en nuestra sociedad actual. Sin embargo, es posible encontrar un camino hacia una vida más estable y satisfactoria. Al cultivar el pensamiento crítico, la resiliencia y la autoconciencia, complementado con la búsqueda de apoyo social, podemos navegar por las complejidades del mundo moderno y construir un futuro más auténtico, libre y prometedor.
Muy bueno
ResponderEliminarGracias por el comentario. 👍
EliminarExcelente!!
ResponderEliminarGracias
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