Hermandad de la vida

La hermandad espiritual de la vida explica que el creador universal es uno, y al mismo tiempo es más que uno. Todas las cosas son Dios, todas las cosas son uno.

Por el suave aliento de Dios toda la vida está integrada en una, de modo que si tocas una fibra de una cosa viviente envías un estremecimiento del centro a las fronteras más distantes de la vida. Y cuando trituras bajo tus pies al gusano que crees más insignificante haces temblar el trono de la creación y ocasionas que la espada de la justicia se estremezca.

El ave canta sus melodías para los hombres, y los hombres vibran al unísono al escucharlas cantar. La hormiga construye su hogar, la abeja su panal, la araña teje su tela y las flores respiran para los hombres un espíritu en sus suaves perfumes, que les da fortaleza para trabajar.

Ahora bien, los hombres, las aves, las bestias y los insectos son deidades hechas carne; y si es así ¿cómo se atreve el hombre a maltratar ser alguno?

La crueldad hace que el mundo esté fuera de control. Cuando los hombres hayan aprendido que al hacer daño a cualquier cosa se hacen daño a si mismos seguramente no matarán, ni harán que sufra dolor ser alguno de la creación. Es la hermandad espiritual de la vida.

  Buscando el Origen, 

📕📖 libro UN PASEO POR EL SILENCIO 📚

El Dios de la creación se halla en todo lugar. No puede encerrarse con algún tipo de murallas, ni limitarse a fronteras de ninguna clase. Todos los creyentes adoran a este Dios, pero no todos lo ven de la misma manera. Es el Dios universal de voluntad, sabiduría y amor.

Tampoco todos lo ven de la misma forma, algunos lo ven como el Dios de la sabiduría o el pensamiento, otros como el Dios del amor. Y he aquí uno de los grandes misterios de la vida y de nuestro tiempo: el ideal de un hombre debe ser su Dios, de modo que al evolucionar un hombre evoluciona su Dios. Por esta causa, el Dios que percibe un hombre hoy lo verá diferente mañana.

Desde tiempos antiquísimos las naciones de la tierra ven a Dios desde puntos de vista diferentes, por lo cual no parece que sea el mismo para todos. El hombre llama Dios a las partes de Dios que vé, y para él esas partes son Dios. 

Cada nación ve una parte de Dios, de acuerdo con sus creencias, y cada nación tiene un nombre para Dios. Los brahmanes lo han llamado Parabrahman; en Egipto fue llamado Thoth; Zeus fue su nombre en Grecia; Jehová para los hebreos, pero en todo lugar esa manifestación representa la causa, la raíz de la que han crecido todas las cosas.

Desde tiempos antiguos el temor de los hombres a Dios los ha conducido a considerarlo como un extraño, entonces designan intermediarios para comunicarse y esconder su pecado ante él y no enfrentarlo ellos mismos. Visten a estos intermediarios con ropas raras, le otorgan privilegios y los convierten en líderes. Les encargan aplacar la ira de Dios con oraciones y cuando ven que fracasan en ganar su favor por medio de las oraciones entonces intentan comprarle con cualquier tipo de sacrificio, incluso en la antigüedad sacrificaban otras deidades como animales y aves alterando los principios de la hermandad espiritual de la vida.

Cuando el hombre decide enfrentar su debilidad ante el pecado ve a Dios como uno con él, como un padre creador, y ya no necesita ningún tipo de intermediario. Entonces el hombre va directamente a él y le dice 'Mi Padre Dios...' y descansa su mano en la de él y todo está bien.

Y esto es Dios. Cada uno de nosotros es su templo sin intermediario, pero sólo para sí mismo. Y Dios no necesita ningún tipo de sacrificios que atenten contra la hermandad de la vida. 

¡Simplemente, debes dar tu vida en servicio y sacrificio a la totalidad de la vida de la que formas parte, y el Creador estará satisfecho!