Reacciones al pensamiento ¡CUIDADO!

Nuestro organismo suele ser una caja de sorpresas, incluso para nosotros mismos. Y, por supuesto, nuestro trabajo, familia y circunstancias pueden ser objeto de las consecuencias.

Cada vez me convenzo más que en nuestro afán natural de aprender es indispensable realizar algunas pausas eventuales para estudiarnos íntimamente y observar, cuidadosamente, el comportamiento de nuestro estado mental, así como las reacciones a los estímulos externos. Principalmente, las reacciones inherentes en las tareas que ocupan la mayor parte del tiempo y dedicación de nuestro accionar creativo.

Realizar esta sencilla labor de auto-análisis en nuestro día a día puede sorprendernos. Es tal la magia creativa que hay en nuestro accionar mental que un análisis diario, realizado consciente-mente por algún tiempo determinado, podría convertirse en la clave para establecer el accionar de nuestro comportamiento sistémico, como seres humanos, en los diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana.

Este ejercicio nos ayudaría a comprender las cosas que suelen pasar en un instante por nuestra mente, y sus causas y consecuencias. Es incomparable nuestro travieso accionar creativo; tanto, que es absolutamente posible para algunos superar a cualquier practicante de magia, prestidigitador o ilusionista, con nuestra increíble capacidad para sacar cosas de nuestro “sombrero intelectual”. Y no solo, eso sino también procesar inconscientemente información que se manifiesta en efectos físicos, alterando nuestro comportamiento orgánico sin necesidad de trucos de cualquier otra clase.

Todo es absolutamente real, en cualquier situación o vivencia.

Veamos un ejemplo de lo que habitualmente pudiésemos llegar ser capaces. Tomemos el caso típico de alguien común, un profesional del mismo entorno, y analicemos el comportamiento increíble de su mentalidad en un momento cualquiera de su rutina. Por ejemplo, durante una tarea con un propósito específico, puede ser un trabajo de interés para su empresa, el análisis de un problema técnico con un equipo de personas con visiones diferentes, una situación social de trámites cotidianos que algunas veces son bastante complejos o una simple discusión por diferencias en nuestro punto de vista con alguien. Puede ser también una de esas discusiones domésticas; en fin, cualquier situación que llega a ir subiendo de tono hasta calentarse tanto que consigue alterarnos y, ¿Qué pasa?...

"... La situación puede comenzar por generar en nosotros un pequeño malestar. Luego nos ponemos tensos y el corazón comienza a latir a toda velocidad. De repente, descubrimos que tenemos un nudo en la garganta y casi se nos ha detenido la digestión. A estas alturas, sin duda, la discusión o el problema pasan a un segundo plano y empezamos a preocuparnos por el estado de nuestro sistema digestivo y la posibilidad de acabar padeciendo una úlcera. Pasamos tanto tiempo preocupados por la úlcera que nos acaba dando un fuerte dolor de cabeza. Después vienen molestias en todas las demás partes del cuerpo que, por supuesto, dan pie a montar un espectáculo aún mayor....

... El gran final llega cuando nos hemos agotado tanto que no podemos continuar con el trabajo y no hay una sola parte de nuestro cuerpo que funcione bien...”

El impacto suele afectar finalmente todo nuestro sistema: físico, mental, emocional y espiritual, y consecuentemente nuestras tareas personales... ¿Te ha pasado alguna vez?

Es sorprendente ¿No te parece esto casi como un acto de magia? Puede parecer un chiste, pero está comprobado por expertos en estudios de comportamiento que somos capaces de producir todos esos efectos en nuestro organismo en muy poco espacio de tiempo.

Lo malo de este proceder ‘mágico’ de nuestro cuerpo es que ocurre fuera de nuestro control. Es imperativo, pues, estar consciente y atentos de las “raras” habilidades creativas de nuestros pensamientos, ya que invariablemente el efecto sistemático de esos estados mentales implica, como hemos visto, manifestaciones de efectos físicos.

Cuando entendemos la gran capacidad que tenemos para causarnos problemas podemos andar con mayor cuidado a la hora de utilizar este poderoso ‘talento’, y propiciar alternativamente esos otros estados creativos positivos.

Como es lógico, los estados de procesamiento metal positivo también crean exaltación emocional y satisfacción con reacciones físicas consecuentes, que contrario al ejemplo planteado suelen traer beneficios a nuestra cotidianidad.

Esta curiosa energía expresiva, como es evidente, se manifiesta de acuerdo con la progresividad de nuestros estados mentales, lo que para nosotros no es una novedad, ya que en algún momento hemos sentido su impacto. La gran mayoría sabemos que los 'estados mentales alterados' provocan estas reacciones, lo que tal vez no todos sepamos es que este sorprendente poder actúa como un impulso energético secuencial, como un torbellino emocional que primero se expande y luego progresivamente se disipa, mostrando durante este evento nuestra capacidad de estimular manifestaciones físicas, mentales y emocionales, que pueden ser procesadas para su uso de manera consciente.

Para ello es conveniente entender que la energía interior que 'induce' dichos estados en nuestra mente es la misma fuerza que está detrás de nuestro origen, crecimiento y actuación como seres humanos, y contiene en su esencia el principio de generación.

Podemos aclarar un poco la relación con este principio o ley natural y los elementos que facilitan el ambiente más propicio para su utilización, canalizando consecuentemente la manifestación de estas reacciones. Se trata de explorar la posibilidad de aprovechar las expresiones de nuestra sorprendente cualidad creativa como un beneficio.

Hay muchas cosas buenas para experimentar en este sentido. El reto consiste en aprender a enfocarnos en nuestro pensamiento positivo con absoluta propiedad.

En ese contexto, conviene empezar a aceptar que aunque tu cuerpo es algo real, tangible, con una forma y un perfil definido, es también, a la vez, algo hecho de materia viva impregnada de energía universal o de naturaleza misma. Dale el nombre que quieras de acuerdo a tus creencias, esta energía está en todas partes, es eterna y omnipresente.

Cualquiera que sea la sustancia de la que está hecho tu cuerpo físico, aunque la llamemos materia, debe ser de la misma esencia de la que están hechas todas las cosas. Así pues, es necesario que sientas la eternidad de la energía en las células mismas y en los tejidos de tu cuerpo.

Al darte cuenta que ese espíritu que hay en tu interior es parte de un todo unificado, y ser totalmente consciente de que esta presencia energética es el principio que sostiene y desarrolla tu vida, será sencillo entender que ella provee el principio natural de generación y regeneración que da lugar a todo lo creado, y tu pensamiento es el vínculo que te conecta con ese principio para que tú puedas crear cosas.

Entonces, puedes abrir tus pensamientos a su influjo. Al hacerlo abres tu consciencia a su efusión, que lleva consigo todo el poder infinito que proviene de esta extraordinaria fuente de energía.

No es complicado, ya te enseñaré un sencillo ejercicio que te ayudará a lograr el control, pero antes recuerda el principio natural que dice: la energía no puede destruirse, pero si puede transformarse. Tú puedes tomarla y transformarla. He aquí entonces una extraordinaria e interesante facultad de nosotros como seres humanos: podemos tomar de esta energía universal omnipresente y usar sus efectos a nuestra conveniencia ¿No te parece fabuloso?

Y, al parecer, todo lo podemos hacer al adiestrar consciente-mente nuestro pensamiento.

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Con un poco de observación notarás, ya que es muy evidente, que el sentimiento y la emoción con la cual se visten tus pensamientos y el enfoque de ese flujo energético propiciará de manera consciente el estado mental que tu decidas, para que se generen las reacciones que te producen estados más satisfactorios como de armonía y bienestar.

Es el mismo proceso que crea, inconscientemente, las manifestaciones de efectos físicos producidas por los pensamientos caóticos de la situación incómoda descrita al principio, solo que estas últimas son inducidas por un estado mental que tu propiciarás y que será dirigido por tu voluntad. Por supuesto, es fundamental que puedas observar cuidadosamente el comportamiento del accionar creativo de tu estado mental, día a día, para tomar el control de tus reacciones.

Estimular este principio que nos beneficia comienza, como ya te he explicado, por un análisis de nuestro comportamiento mental habitual. Para ello, te mostraré un sencillo ejercicio. Procede de la siguiente manera:

“Primero, realiza un ejercicio de relajación hasta sentir tranquilidad interior. Cuando hayas alcanzado en grado de relajación adecuada mantente muy quieto, pero trata de inhibir todo tipo de pensamientos.... Esto no será fácil, y tal vez en principio no serás capaz de hacerlo por más de unos minutos a la vez. Pero debes ser perseverante ya que este ejercicio es clave... Durante el proceso podrás evidenciar la gran cantidad de pensamientos que constantemente llegan a tu mente y se van, podrás con un poco de paciencia diferenciarlos.

Concéntrate en algunos de esos pensamientos, trata de aislarlos en tu mente y comienza a analizarlos…, si llegan y se van regrésalos nuevamente a tu mente…, y lo más importante trata de comprenderlos... 

… Establece las emociones que te provocan, incluso llegarás a sentir algunas reacciones físicas y podrás calificarlas de acuerdo con los hechos que la relacionan contigo, o con tus creencias, también sabrás si son buenos o malos pensamientos en el sentido que te agraden o no y generen reacciones físicas positivas o negativas. En el momento que decidas hacerlo, cambia un pensamiento por otro, y haz el mismo análisis”.

Esto te dará control sobre todos los pensamientos, y eventualmente sabrás cuales son dañinos y producen malas energías en tu interior, como la preocupación, el odio y el miedo. Podrás seleccionarlos y mitigarlos hasta eliminarlos totalmente y retener sólo la clase de pensamientos positivos que deseas.

Practica este ejercicio eventualmente y crearás un hábito que te será de gran ayuda en el logro de objetivos más complejos de transformación personal. Es fundamental estar consciente de cómo atraes silenciosamente hacia tu experiencia la manifestación de los estados mentales que tú mismo propicias, y pueden ser, de acuerdo con tu decisión, una cantidad cada vez mayor de vitalidad, salud, alegría, armonía, etc.

Guiado por esa presencia creativa en tu interior, todo lo que pienses, digas y hagas se convierte tarde o tempano en un efecto, una buena acción o un hecho productivo y mejorado. La intensidad de como se manifieste dependerá de la carga emocional positiva que manejen tus pensamientos y el enfoque dado por tu deseo e intensión (fuerza de voluntad).

Como entenderás existe para ti, de antemano, un esquema físico-mental perfecto e invisible. Tu fe absorbe de esa fuente y torna visible todo aquello que antes no podías ver o controlar. Consciente de esta situación notarás que la acción armoniosa de la vida impregna ahora cada parte de tu ser y de tus experiencias en la vida cotidiana.

¡Todo el bien que existe y está a tu alcance ahora te pertenece...!