Principio energético de la vida

Existen cientos de trabajos científicos que tratan de explicar la formación del mundo. 

De acuerdo con estas investigaciones, su existencia y su evolución se sostienen en la presencia de una fuerza invisible, infinita y eterna, cuya dimensión en todos los sentidos escapa, tal vez para siempre, a las capacidades del entendimiento humano. Esto se explica porque la mente humana, cuya dimensión es finita, no puede aún comprender la operación de esta fuerza infinita.

El origen de la energía

Esta energía infinita y omnipresente está en todas las cosas, es la causa de todo, se manifiesta de diferentes maneras en toda la existencia y en sus diferentes expresiones: material, mental, emocional y espiritual.

No solo manifiesta poder, sino también inteligencia y sabiduría. Sólo observemos un poco a nuestro alrededor, desde las plantas, las flores, los animales, el viento, las aguas, los objetos inanimados, entre otros, todos responden de manera generosa a sus diferentes formas de expresión, tanto las visibles como son el sol o la luna hasta las ocultas en el interior de la tierra, que son capaces de producir todo lo que necesitamos, nos alimentan y mantienen. 

Miremos el Universo, su perfección, su funcionamiento, el misterio de la vida y entenderemos de qué se trata.

Llama a esta fuerza, increíble y omnipotente, y sus manifestaciones, como tus creencias te lo permitan según el nombre con el cual conozcas a tu deidad.

¡Ya debes estar consciente que su acción se manifiesta en Todo! 

Ha dado origen a todo lo que haya existido, existe y existirá hasta el fin de los tiempos, y bajo sus dominios está su funcionamiento, perfecto en su creación, en su evolución y en su existencia.

Todo lo creado está dentro de ella y ella está en todo lo creado. Su energía infinita es la causa de la vida. La tenemos dentro de nosotros y estamos contenidos en sus ondas de energía. Sus leyes son de una extraordinaria precisión, y toda la existencia responde a ellas. Desde el nacimiento del Universo, con sus sistemas solares, planetas, galaxias, hasta la aparición de la vida, esta fuerza ha actuado consistentemente demostrando un poder extraordinario e infinito, uniendo con lazos indisolubles todas las cosas a un origen común.

Se ha demostrado científicamente la estrecha relación entre el nacimiento del Universo y las partículas que dan lugar a las moléculas y a nuestras células más íntimas, así como a todo tipo de vida. Básicamente, todos los elementos creados estarían hechos de la misma sustancia. Es decir, somos, sin ninguna duda, de la misma composición y características que los elementos que forman el Universo y estamos gobernados, íntimamente, por la misma fuerza.

Está demostrado también que se necesitó una potencia considerable para conseguir esta evolución, una energía fundamental increíble y omnipresente para impulsar los pasos sucesivos de la formación del mundo y por lo tanto para lograr que surja todo tipo de vida incluyendo al hombre.

La actuación de esta fuerza sobre nosotros, impresionante, omnipresente y omnipotente es lo que llamamos energía vital. Estamos todos impregnados sutilmente por ella, que no sólo garantiza el funcionamiento perfecto del Universo, sino que impregna el más mínimo de nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones, y cuya magnitud de influencia en nosotros es proporcional a nuestra carga de energía.

¿No te parece maravilloso?

En conclusión, cuanta más energía vital tengamos más fuerza tendremos para pensar, hablar y, sobre todo, para actuar. Más energía en nosotros implica mayor unión con el principio vital de esta impresionante fuerza de la naturaleza. 

La ciencia ha demostrado también la relación que existe entre el nivel de energía de los elementos materiales, mentales, emocionales y espirituales de las personas con los estados de ánimos y actitudes que impulsan el movimiento y la acción. Es decir, entusiasmo, alegría, felicidad, armonía, confianza, seguridad, pasión, entre otros.

Cómo atraer la energía a nuestro cuerpo

La energía vital nunca se agota, es eterna, sin embargo, es un hecho que puede variar e influir en nuestra capacidad de acción. Estados mentales negativos, falta de ánimo, eventual debilidad y fatiga son un ejemplo de ello, por eso es conveniente atraerla, cargarnos de energía y utilizarla correctamente.

Recuperar la energía vital perdida depende del control de estados mentales o emocionales, pero, también de la gestión de factores externos relativos al estilo de la vida cotidiana. 

En principio, es preciso evitar pérdidas innecesarias de energía vital. La energía que perdemos tarda en recuperarse de forma automática, por acción natural, y la opción que nos queda es recargarnos de energía, pero normalmente no sabemos cómo hacerlo.

Por eso es importante identificar las fuentes de desperdicio, que frecuentemente son la fatiga, la enfermedad, la prisa, la mala alimentación, las pruebas de la vida (sufrimientos por duelo, separaciones, accidentes, desastres naturales o humanos…). Influyen de manera determinante las emociones negativas, como envidia, ira, odio, violencia, resentimiento, ansiedad, inseguridad, celos, furia, miedo…

Algunas pérdidas son inevitables (vivir que requiere una considerable energía, los accidentes, las enfermedades, los duelos, los desastres naturales o humanos), no obstante, pueden controlarse, las demás causas son fácilmente evitables. Está en nosotros conseguirlo.

Si ya practicas con regularidad ejercicios de relajación y respiración, estarás más apto para evitar las pérdidas de energía mediante el control y mitigación de estas emociones negativas. ¿Cuántas veces en tu vida hubieras podido evitar, por ejemplo, enojarte, perder tu sangre fría, ser agresivo, insultar o sentir celos, odio, tener malos pensamientos hacia tal o cual persona?

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En segundo lugar, conviene aplicar consejos concretos relativos al estilo de vida, he incluirlos en la propia forma de administrar tu rutina diaria. Para ello solo necesitamos un poco de disciplina, vigilancia y control.

Tal vez pienses que es difícil establecer hábitos nuevos en tu vida diaria. Debes comenzar a intentarlo, pero antes es indispensable que entiendas conceptualmente el asunto.

Una buena higiene de vida es factor importante. Tener un ritmo de vida regular, evitando los excesos permanentes. Lo que no te impide placeres y diversión, pero deben ser excepcionales y no una norma. Por lo tanto, puedes pasar de vez en cuando una noche sin dormir, festejar, comer o beber más de lo habitual pero siempre manteniendo el control.

Practica todos los placeres que te gusten, incluyendo los deportes y la recreación, pero sin abusar, porque por un lado los disfrutarás más y, por otra parte, una hiperactividad permanente no haría más que malgastar de forma prematura tu energía vital.

Es importante conocer bien tus capacidades y limitaciones. Fortalecerás la eficacia de tu capacitación por medio de una vigilancia diaria destinada a supervisar tu estilo de vida para evitar que se agoten demasiado rápidamente tus reservas de energía.

Si tienes un estilo de vida equilibrada renovarás constantemente tu fuerza vital. Este equilibrio y armonía interior se logra viviendo de acuerdo con las leyes naturales, y propiciando actividades creativas que nos inspiran y explotan nuestro entusiasmo por ser principios inherentes a nuestro origen humano y divino. Es un proceso casi mágico que genera caudales de energía vital, estados de ánimo positivos y entusiasmos increíbles, para propiciar logros y atraer las cosas que deseamos.

Nuestro capital de energía es suficiente para una vida exitosa y sana, pero puede variar de acuerdo con nuestra capacidad de "intercambio". 

Esta capacidad puede aumentarse, lo que explica la existencia de personas con un gran caudal de energía vital, que están llamados al movimiento y la acción constante. En ese contexto, para recuperar tus reservas de energía practica disciplinas como la meditación, la gimnasia suave, el yoga, los métodos del Qi Gong, del Tai Chi Chuan… Todas estas actividades psico corporales atraen la energía del Universo hacia tu cuerpo para fortalecerlo, mantener el equilibrio o permitir que recobre la salud, fortalecer tus defensas inmunitarias y acrecentar tu longevidad.