Las lágrimas no conquistan el sufrimiento.

La pérdida de un ser querido es una experiencia abrumadora, no existen palabras para explicar el sentimiento de un corazón despedazado por causa de la muerte.

El más grande maestro de la Era de Piscis, al recibir la noticia de la muerte de su padre, expresó lo siguiente a su madre y familiares:

"Se que sufren y están desconsolados por la muerte de nuestro padre. Pero deben saber que todo está bien con él y con Ustedes. 

Su trabajo en el plano de la tierra ha terminado, y fue noblemente hecho. En todos los caminos de la vida los hombres han visto su obra, y no pueden acusarle de farsa, de falta de honradez, o de propósitos erróneos.

Hemos de observar, que en este plano ha concluido todas sus grandes tareas, y ha logrado aquí prepararse para continuar dando solución a problemas más complejos en el plano del alma.

Ahora, nuestro padre Dios está con él, como estuvo con él aquí, y allí también su ángel guarda su paso para que no yerre.

¿Por qué han de llorar? Las lágrimas no pueden conquistar el sufrimiento. No hay poder en el luto y en la tristeza para rehacer un corazón despedazado.

El plano del sufrimiento es ociosidad. El alma ocupada nunca puede sufrir, no tiene tiempo para sufrir. Cuando el sufrimiento viene en tropel al corazón, simplemente debemos olvidarnos de nosotros mismos y hacer una obra de amor; sumerjámonos profundamente en el servicio y el sacrificio para alentar a otras personas y nuestro sufrimiento desaparece. El mundo está hambriento de amor.

Dejad pues que el pasado se vaya con el pasado, y escalemos por encima de las preocupaciones de las cosas carnales y demos nuestra vida en ayuda por los vivos.

Si pierden su vida sirviendo a la vida, seguramente la encontrarán en el sol de la mañana, en el rocío de la noche, en el canto de las aves, en las estrellas del cielo. 

Con el pasar del tiempo sus problemas del plano material en esta tierra estarán solucionados, y cuando las sumas estén hechas será un placer sin límites para Ustedes entrar en planos más amplios de servicio y solucionar problemas más grandes del alma.

Traten pues de estar contentos, y un día les llegarán regalos más ricos que el oro o las piedras preciosas. Los regalos de Amor, Sabiduría y Fortaleza solo los pueden encontrar en una íntima comunión con el Santo Aliento.

Mientras, la vida los cuidará y los proveerá de lo necesario para todas sus necesidades; no deben preocuparse su deidad los acompaña en todos sus caminos"

Libro UN PASEO POR EL SILENCIO