El ego.

En nuestro afán de crecer sistemáticamente y superarnos, siempre insisto en que es fundamental conocernos un poco más cada día, con la mente en nuestro objetivo de evolucionar y darle un sentido significativo a nuestras vidas. Es un principio natural buscar, aprender, aplicar, evolucionar... 

En ese contexto, citaré hoy algunos conceptos de libros inspirados por la deidad; en este aparte trataré algunos tips sobre el ego, ese perturbador concepto al que siempre buscamos un significado cuando queremos entender más de cerca lo que es nuestro “yo”.

Dicen los libros sagrados que existen dos egos, el ego inferior y el ego superior. 

El ego superior es el espíritu humano, vestido de alma, hecho en la forma de Dios. El ego inferior es carnal, el cuerpo del deseo, es el reflejo del ego superior desfigurado por los éteres de la forma corpórea. Este último es una ilusión y por lo tanto transitorio, está destinado a morir, ya que todo lo que tiene un principio tendrá un final.

El ego superior, por el contrario, es Dios en el hombre y por lo tanto nunca morirá, porque es la verdad eterna.

El campo de batalla entre ellos es el reino del pensamiento, la mente.

Conviene pues diferenciarlos claramente, para aprender a identificarlos en nosotros, y eventualmente controlar su impacto en nuestras vidas.

El ego superior es la encarnación de la verdad; el ego inferior es el reverso de la verdad, y siendo así manifiesta la falsedad. 

El ego superior es justicia, merced, amor y derecho; el ego inferior es todo lo contrario, genera odio, calumnia, lascivia, crímenes, perturbación y todo aquello que hace daño.

El ego superior es la madre de las virtudes y las armonías de la vida; el ego inferior es resuelto en promesas, pero pobre en resultados, ofrece placer, diversión y abundancia, pero da intranquilidad, miseria y destrucción a la ley espiritual de la vida, que es la verdad eterna. Da a los hombres manzanas hermosas a la vista y agradables al olfato, pero por dentro están llenas de amargura y desperdicio. 

Conviene aquí repetir las enseñanzas de los grandes maestros, cuando citaron “... si me preguntáis qué es lo que el hombre debe estudiar, os contestaré debe estudiarse a sí mismo, y cuando os hayas estudiado bien y me preguntéis qué es lo siguiente que debe estudiarse, os contestaré a sí mismo.” 

¿Por qué está notable afirmación? La respuesta es simple, “…. quien conoce su ego inferior conoce lo ilusorio del mundo, sabe que las cosas materiales son transitorias, y quien conoce a su ego superior conoce el principio del poder, conoce a Dios, conoce bien el principio de las cosas que son eternas y nunca cambian”. 

Manual práctico de Proyección Astral y Bilocación

Reiteramos aquí entonces que el elemento clave en nuestro propósito de buscar el camino hacia la comprensión del hombre comienza por entender que generalmente nuestras decisiones del día a día tienen un gran contenido de base material, influenciadas de manera determinante por nuestro ego inferior, que no es tu yo real sino una caricatura del mismo, estimulado por el resultado de todas las ideas falsas que has estado almacenando en tu subconsciente desde el principio  de tu vida, acentuadas por tu entorno y circunstancias. 

La meta será entender que la mayoría de nuestros hábitos están influenciados por esta personalidad impostora e inducida, y hacer visibles estas conductas con el fin de destruirlas más fácilmente. 

¡Se impone en lo seguido un análisis personal para seguir avanzando! Aprender a conocernos, es el principio de todo. 

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