Hoy en día, muchas personas están siendo sometidas, no en forma física sino psicológica. Es, casi, como una nueva forma de esclavitud, lenta..., inducida en forma progresiva.
La falta de respuestas ante la percepción del implacable devenir del colapso de las estructuras sociales para la convivencia, hace que muchas personas se sientan como atadas, sin capacidad para enfrentar libremente el impacto de las diferentes tendencias o aspectos del llamado desarrollo, con cuyos efectos les cuesta mucho identificarse de manera individual.
En este artículo te explicaré todo en detalle, y también cómo liberarte de las garras de entornos maliciosos.
¿Por qué ocurre esto?
Una de las respuestas más controversiales la podemos encontrar al entender lo que son 'las atmósferas mentales de los lugares’, y cuál es su origen y consecuencias.
Hoy en día, es totalmente aceptado, tanto en el mundo científico como el esotérico, que el éter, esa tenue sustancia que llena el espacio, está constantemente saturada por corrientes de pensamiento de diversas especies y grados vibratorios, que surgen por la emisión de cierto tipo de energía proveniente de los estados mentales de toda clase de personas. Estas corrientes energéticas, de diferentes individuos y grupos, naturalmente se ponen en contacto unas con otras y se combinan para crear campos mentales inducidos, que se suman o se neutralizan mutuamente dependiendo de las características y polaridad de cada una de ellas, y de los interese particulares de su origen o emisor fuente.
Al ser campos que se originan por acción de corrientes mentales su comportamiento es similar al de otras fuerzas que actúan por inducción, como la eléctrica o la magnética. Su comportamiento, al igual que éstas, debe responder a modelos matemáticos o físicos conocidos. Por supuesto, la magnitud de estas fuerzas aún no se ha podido definir con exactitud, sin embargo, se conoce su forma de operar y se puede utilizar una fórmula sencilla para explicar su comportamiento a través del uso de vectores, en forma análoga a otras fuerzas, ya que éstos no son más que representaciones de magnitudes físicas con una amplitud y una dirección determinada, que se ubican en el plano o el espacio con fines analíticos.
Las corrientes de un cierto grado o especie de vibración (esto es, en este caso, de cierto estado mental), cuando entran en contacto con otras corrientes de similares vibraciones tienden a fundirse y combinarse, habiendo entre ellas atracción y armonía, lo que hace que se sumen entre sí dando lugar a corrientes resultantes más potentes.
Las corrientes de un cierto grado o especie de vibración (esto es, en este caso, de cierto estado mental), cuando entran en contacto con otras corrientes de similares vibraciones tienden a fundirse y combinarse, habiendo entre ellas atracción y armonía, lo que hace que se sumen entre sí dando lugar a corrientes resultantes más potentes.
De igual forma, si son vibraciones que están en sentidos opuestos serán antagónicas y su tendencia será a neutralizarse unas a otras. Si fuesen de la misma magnitud ambas perderían todo su poder; pero, si son diferentes, es decir si una es mucho más fuerte que la otra, se restarán entre ellas respondiendo a una fórmula cuadrática, como he comentado, similar a una suma de vectores, dando como resultado la magnitud de la diferencia entre ambas, en cuyo caso la característica de la más débil reducirá todo su poder. Esto es, la más débil perderá dos veces más fuerza que la más fuerte, y ésta última perderá tan sólo una mitad que la débil, suponiendo que la más fuerte lo sea dos veces más que la débil.
Como es lógico, cuando hablamos de lugares, pueblos, ciudades, la suma resultante de todos los pensamientos de sus habitantes dará lugar a su propia “atmósfera mental social”, que afecta entonces a las personas que residen en ellas o las visitan.
Esta “atmósfera mental social” de las poblaciones, como ya he comentado, nace de la combinación o neutralización de las varias vibraciones de las corrientes inducidas por los estados mentales que surgen de los habitantes de estos entornos. De esta combinación resulta una vibración media, que impacta fuertemente a todos los que están dentro del “campo de inducción” de la atmósfera mental de la localidad en referencia.
En este caso, de encontrarte en estas localidades, tu estado mental estará enfrentado a esa potente media mental del entorno, a la cual también contribuyes; sin embargo, ésta arrastrará tu conducta y comportamiento a la resultante del entorno, en forma sistemática, estés o no de acuerdo con esa tendencia.
Ésta es la razón por la cual la identidad y cultura de los pueblos depende fundamentalmente de las condiciones mentales manifestadas en forma predominante por sus habitantes. Cada lugar tiene su propia ‘individualidad’, que produce su singular impresión sobre aquellos que fijan en él su residencia. Es algo más que una condición geográfica o ambiental, aun cuando, naturalmente, éstas desempeñan su parte.
Como es lógico, cuando hablamos de lugares, pueblos, ciudades, la suma resultante de todos los pensamientos de sus habitantes dará lugar a su propia “atmósfera mental social”, que afecta entonces a las personas que residen en ellas o las visitan.
Esta “atmósfera mental social” de las poblaciones, como ya he comentado, nace de la combinación o neutralización de las varias vibraciones de las corrientes inducidas por los estados mentales que surgen de los habitantes de estos entornos. De esta combinación resulta una vibración media, que impacta fuertemente a todos los que están dentro del “campo de inducción” de la atmósfera mental de la localidad en referencia.
En este caso, de encontrarte en estas localidades, tu estado mental estará enfrentado a esa potente media mental del entorno, a la cual también contribuyes; sin embargo, ésta arrastrará tu conducta y comportamiento a la resultante del entorno, en forma sistemática, estés o no de acuerdo con esa tendencia.
Ésta es la razón por la cual la identidad y cultura de los pueblos depende fundamentalmente de las condiciones mentales manifestadas en forma predominante por sus habitantes. Cada lugar tiene su propia ‘individualidad’, que produce su singular impresión sobre aquellos que fijan en él su residencia. Es algo más que una condición geográfica o ambiental, aun cuando, naturalmente, éstas desempeñan su parte.
Es el estado mental promedio de los habitantes de la población el que da la nota dominante. Las vibraciones de las personas con voluntades más fuertes afectan a este término medio, y dan una tendencia mental a la localidad.
Se puede comprobar fácilmente que este efecto es ocasionado por vibraciones mentales al comparar dos regiones, distantes tan sólo algunos kilómetros una de la otra, y que poseen las mismas condiciones geográficas y ambientales, pero evidentemente tendrán entorno o atmósferas mentales totalmente diferentes.
En la historia existen centenares de épocas, tendencias, revoluciones, que explican este comportamiento. Podemos citar el impresionante despertar filosófico en Grecia, el renacimiento en Italia, o la revolución industrial en Francia. También otras, de las cuales no podemos sentirnos orgullosos por su increíble impacto negativo para la humanidad.
¿Por qué comprender esto es extremadamente importante?
La gente duda con frecuencia si de verdad el éter está surcado por corrientes de acción mental, y no creen que los afecte en su realidad. Es habitual que las personas no crean las cosas que no ven, aun cuando éstas los afecten directamente.
No obstante, son más impactados de lo que imaginan; pero, aun así, están mucho menos afectadas de lo que pudiera suponerse, ya que el impacto final es la resultante de la lucha entre las diferentes corrientes mentales entre sí, lo que hace que se roben fuerza y se neutralicen mutuamente.
Por otra parte, la naturaleza misma proporciona instintivamente una protección y emite corrientes naturales de resistencia inherentes a su propio universo mental. Recuérdese que desde tiempos muy antiguos los estudiosos de las ciencias no convencionales han afirmado: 'El Todo es Mente, el Universo es Mental' (El Kybalión).
Por otra parte, la naturaleza misma proporciona instintivamente una protección y emite corrientes naturales de resistencia inherentes a su propio universo mental. Recuérdese que desde tiempos muy antiguos los estudiosos de las ciencias no convencionales han afirmado: 'El Todo es Mente, el Universo es Mental' (El Kybalión).
Un ejemplo claro es el funcionamiento de nuestros sentidos. La naturaleza protege el sentido auditivo de los que viven en entornos de mucho ruido, hasta el punto de no escuchar sino algún sonido insólito, o fuera de lo normal. También como actúa sobre el olfato de algún científico o industrial que trabajen con sustancias de fuerte olor, hasta el punto de hacerles perder la sensibilidad a los aromas que molestan a cualquier otra persona que penetre en su entorno de trabajo. Es de esta manera que la naturaleza da un omnipresente poder adicional de resistencia a personas situadas dentro de un campo activo de inducción por acción de cualquier tipo.
Es muy común observar que, si trasladamos a una persona de un lugar tranquilo a una bulliciosa y activa población, será impulsado a regresar a su forma de vida anterior en forma casi irresistible, o será repelido instintivamente al no entrar en armonía con las corrientes por acción mental de ese lugar bullicioso. En ambos casos, sin embargo, sentirá notablemente el impacto de las nuevas vibraciones. Esta persona, transcurrido algún tiempo en el lugar bullicioso, dejará de ser afectada, y estará en mejores condiciones de resistir las vibraciones, y se 'adaptará' hasta vivir con mayor paz y sosiego que antes, aun cuando altere su naturaleza más o menos en armonía con el tono de la localidad. Eventualmente sentirá un impacto menor de las vibraciones que en el comienzo.
Algunas personas tienen tan desarrollado el poder resistente que son casi inmunes al cambio, mientras otros tienen tan poca resistencia que son conducidos aquí y allá como una pelota de fútbol, por cada potente onda de energía mental que los alcanza. Estos últimos prácticamente están siempre bajo control de algún campo de inducción y son alcanzados por sus vibraciones.
La supuesta sensibilidad de adaptación a una atmósfera mental puede tener ventajas o no, dependiendo de la naturaleza positiva o negativa de dicho impacto, de acuerdo con los propósitos, deseos y valores de las personas.
No es ningún secreto, que personas interesadas en lograr objetivos específicos utilizan los llamados CICLONES POR ACCIÓN MENTAL, inducidos con frecuencia de forma voluntaria en lugares o regiones específicas. El aparente misterio de la formación y acción de motines o huelgas perpetrados por un número de individuos que se congregan y cometen actos desproporcionados, que ninguno de ellos cometería en forma aislada, es un ejemplo de ello.
La consciencia general de los motines es, notablemente, una cosa aparte de las conciencias individuales que componen el colectivo. Después de la excitación – al siguiente día – muchos, sino todos los que se propasaron, sienten horror y admiración de su obra. Un motín es un centro ciclónico de corrientes por acción mental, semejante a torbellinos o vorágines, con un centro activo y una circunferencia menos activa.
Las grandes ondas de fervor en algún sentido específico, perceptible en las comunidades durante el desarrollo de los hechos, pueden tomarse en este sentido. Unos cuantos individuos incitan a formar un torbellino de sentimientos y emociones, y éste se va ensanchando en círculos siempre crecientes, hasta llegar a su clímax, y entonces su pérdida de fuerza es progresiva y aparente, hasta volver al acostumbrado estado mental del entorno en cuestión.
Estos torbellinos o vorágines de excitación emocional, de la especie que sean, se fortalecen mediante sugestiones constantemente repetidas de los que participan en ellas, que, con el constante creciente volumen de energía que se dispersa llega y se va sumando en forma sistemática, tal como cuando se añade leña al fuego. Esta fuerza no se detendría jamás, ganando siempre en impulso y volumen, si no fuera por la previsión de la naturaleza a través de la ley del ritmo. Elevación y caída, crecimiento y decrecimiento; tan manifiesta en esto como en todo lo que cae bajo su dominio. ¡Todo tiene su ascenso, su cumbre y su descenso!
Ya he comentado en otros artículos que existe otra fase de esta misma materia. Ciertos hombres que (en general conscientemente) enfocan sus corrientes mentales directamente sobre alguna persona o grupos que son necesarias a sus planes y deseos. Estos individuos, manejando un grado de concentración y enfoque específico en una idea, dirigen a otra persona o grupos fuertes corrientes por acción mental, originadas desde su fuerza de voluntad y deseo insistente, perfectamente educados para ello; y por inducción mental producen vibraciones en una proporción correspondiente de la mente de aquellas personas. Dependiendo el grado de efecto producido será la respuesta de sus víctimas, las cuales ante el formidable y reiterado ataque terminan cediendo si no están debidamente protegidas o se han preparado para evitar sucumbir a la exposición de tales ataques.
¿Cómo se afecta a las multitudes?
En primer lugar, las corrientes energéticas que nacen del intenso deseo enfocado de alguna persona, que formando una imagen mental fuerte crea en sí mismo un centro de fuerza de deseo, y guiado por su concentración y poder de voluntad atrae lo que es conveniente a sus planes. Estas personas son capaces de crear esa fuente de poder alrededor de su idea, cuidadosamente representada a través de la visualización, y la envían constantemente mediante corrientes por acción mental cargadas con la más fuerte y ardiente fuerza del deseo, dirigida, proyectada y debidamente estructurada.
Así es como se pone en operación la otra gran ley universal, la ley de atracción, de que tanto hablaron los primeros investigadores sobre ciencias ocultas y que comentan frecuentemente los estudiosos del conocimiento hoy en día. Las corrientes producidas por acción mental, cargadas de deseo y debidamente dirigidas, se extienden en el entorno y empieza el movimiento rotativo semejante a un torbellino, siempre atrayendo hacia su centro a personas y cosas. Este es un poder fascinante y real.
Así es como se pone en operación la otra gran ley universal, la ley de atracción, de que tanto hablaron los primeros investigadores sobre ciencias ocultas y que comentan frecuentemente los estudiosos del conocimiento hoy en día. Las corrientes producidas por acción mental, cargadas de deseo y debidamente dirigidas, se extienden en el entorno y empieza el movimiento rotativo semejante a un torbellino, siempre atrayendo hacia su centro a personas y cosas. Este es un poder fascinante y real.
El deseo original en la mente del individuo es generalmente proyectado e inducido en la mente de millares de seres a través de sugestiones cuidadosamente preparadas, utilizando para ello cualquier medio de influencia y atención que esté disponible. El proceso responde a los principios fundamentales de la ley de inducción magnética, en este caso por acción mental, y todos caen dentro del campo de fuerza. Dependiendo, naturalmente, del grado de positividad o negatividad del emisor y del nivel de sugestibilidad de los afectados se dará un resultado.
Los grandes planes de los llamados “Líderes”, “Políticos”, “Influencers”, “jefes”, de cualquier tendencia o nicho, son llevados a cabo por razón de esta ley. Muchos de estos grandes centros de la fuerza – esos personajes que llegan, que atraen a ellos lo que quieren y a las personas que necesitan – no siempre se percatan de la naturaleza de la fuerza que utilizan; pero hoy en día un gran número, que crece día a día, se da cuenta, y “trabajan el asunto por el sorprendente beneficio que les provee para lograr sus propósitos", a costa de los más débiles mentalmente o ingenuos desprevenidos.
Estos fríos e implacables personajes conocen estas herramientas secretas de control de masas y estudian en sumo grado las leyes ocultas con que operan. A todos nos sorprendería saber que los más cercanos entornos en los que interactuamos están infectados de estos personajes, algunos encubiertos, con objetivos y propósitos verdaderamente siniestros. No solo en política, economía, industria o comercio, sino también en nichos aparentemente inofensivos como el entretenimiento, deporte, música, comunicaciones y hasta en el desarrollo científico y tecnológico.
Estos fríos e implacables personajes conocen estas herramientas secretas de control de masas y estudian en sumo grado las leyes ocultas con que operan. A todos nos sorprendería saber que los más cercanos entornos en los que interactuamos están infectados de estos personajes, algunos encubiertos, con objetivos y propósitos verdaderamente siniestros. No solo en política, economía, industria o comercio, sino también en nichos aparentemente inofensivos como el entretenimiento, deporte, música, comunicaciones y hasta en el desarrollo científico y tecnológico.
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¿Qué consecuencias tienen los ataques mentales dirigidos?
El objetivo principal de este artículo es dar a conocer las consecuencias de estar inmersos inconscientemente en entornos controlados con fines perversos, y alertar de la necesidad de protegerse para evitar la victimización y el control inducido.
Como hemos comentado, en la sociedad actual muchas personas están expuestas día a día al impacto de los diferentes elementos que inevitablemente inducen, consciente o inconscientemente, conductas, valores, emociones e ideas que eventualmente alteran o modelan su personalidad.
Elementos ideológicos, ambientales, religiosos, militares, educativos, tecnológicos, humanos, morales, artísticos, entre otros; pueden propiciar un colapso personal interno en muchos de nosotros, si no estamos de acuerdo o no compartimos los desbordados intereses del poder económico, político y personalista, controlados por esos egos evidentemente desmesurados ya mencionados, organizados muchas veces en grandes e implacables corporaciones o centros de poder; los cuales nos atacan a su conveniencia, no solo en forma personal sino también colectiva, a través de diferentes medios comunicacionales, redes sociales, eventos, publicaciones, noticias, entre otros.
Vivencias de todo tipo, en muchos casos totalmente ficticias, se repiten día a día frente a nuestros sentidos con gran carga emocional, a veces en forma subliminal y otras veces en forma imperativa, aprovechando para estimular a conveniencia la naturaleza de nuestras demandas cotidianas en la vida, necesidades personales, emocionales, espirituales y sociales.
Como es lógico, la realidad inducida en forma masiva más que otorgar respuestas a nuestros problemas nos crea desesperanza y más preguntas que soluciones. La habitual incertidumbre a la cual somos conducidos nos somete a un estado mental atribulado en el cual nos sentimos insignificantes e incapaces de reaccionar. Las consecuencias suelen ser desastrosas. Con frecuencia nos encontramos con pueblos, grupos o entornos que:
Pierden su identidad. La presión por imposición de nuevas estructuras sociales, ideológicas y económicas, los conducen a un estado de dependencia o esclavitud ante las circunstancias.
Viven en total incertidumbre y caos mental. Las personas luchan contra la inducción sistemática de una ideología orientada a la sumisión y el fracaso, normalmente contraria a sus ideales naturales de libertad.
No disponen de energía vital. La percepción de ausencia de soluciones y rumbo se traduce en fatiga, desgano, victimización, inercia.
Pierden la confianza y seguridad. El impacto abrupto en sus cualidades personales mitiga su capacidad de control interior.
Son minimizadas social y profesionalmente. Están sometidos a sugestión y estados de credulidad inducidos sistemáticamente. Caen en torbellinos mentales impuestos para sometimiento y control social.
Viven alienadas. Sufren de depresión generalizada. Falta de deseo y enfoque para lograr cosas y trabajar por el éxito personal.
Son sometidos a la destrucción de valores espirituales y limitación a oportunidades de paz, el bienestar y el poder individual.
Son convertidos en esclavos de sus sueños. Los dueños de la industria ofrecen fama, riqueza, libertad, amor, felicidad a costos de una vida de sumisión, sutilmente camuflada, sometiendo a las personas a ilusiones materiales que no conducen al bienestar, pureza, paz y armonía que son esenciales en la vida.
Estos entornos reducen en forma sistemática las capacidades personales y sociales para la productividad y el crecimiento. La presión ideológica los enfrenta a sus semejantes, y deteriora las relaciones personales, sociales de trabajo. Coexiste el ataque implacable contra los méritos individuales.
La evidencia denota que los entornos controlados ofrecen eventualmente privilegios a una minoría a costa de conductas esclavizantes, pero el impacto en las grandes mayorías se caracteriza por pobreza, inseguridad, miseria, migración, deterioro familiar y social, ausencia de oportunidades profesionales reales de libertad, dudas, miedo, etc....
En este entorno hostil, no obstante, también hoy en día miles de personas trabajan por salir adelante, sembrar conductas y procedimientos que impulsen a la igualdad, la justicia, el amor, el servicio, con actitudes hacia un futuro mejor ¡Es la vida, brutal, salvaje y sorprendente, pero también esperanzadora y llena de retos!
La virtud de quienes se percatan de este escenario está en entender que de ese mismo entorno virulento no saldrán en forma automática iniciativas con soluciones, sino a un costo totalmente desproporcionado, acorde solo a los intereses de los más astutos en manejar y mantener su influencia y control sistemático de los entornos.
Ellos saben que la solidaridad humana es inferior al 2%, es decir prácticamente nadie hará nada gratis por los demás. Es pues imperativo, que los individuos pongan su iniciativa y creatividad en marcha para lograr soluciones.
No hacer nada, es un error habitual, conlleva a un estado de inercia en el cual las personas tienden a llenarse de unas sospechosas esperanza y fe, por supuesto inducidas, llegando a un estado de victimización, adaptándose a formas de vida miserables; sin entender que las manifestaciones de fe y esperanza no se procesan de forma automática. Creer que las cosas cambiarán y las buenas nuevas se presentarán oportunamente sin hacer nada es obviar la máxima que ‘el secreto del éxito está en nuestro interior y solo nosotros podemos activarlo’.
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Hasta el más grande maestro de la Era de Piscis lo comentó en su más esplendoroso sentido espiritual:
“Los poderes formidables del mundo invisible no prestan su ayuda sino cuando los hombres ya han dado todo de sí (…). Sólo contribuyen cuando el hombre ya ha dado todo su esfuerzo y no puede más.
... El poder que salva mora en vuestras almas, y se manifiesta en el uso de vuestros pies, vuestras piernas, vuestros brazos y vuestras manos. La fortaleza nunca se produce en la ociosidad, esperando que otro cargue vuestro peso, o haga el trabajo que a nosotros nos toca hacer....
Pero cuando llegamos al límite de nuestro esfuerzo y de hacer nuestro trabajo, en ello hacemos un sacrificio que complace a Dios (origen creador), y entonces Él respira profundamente en los carbones fulgurantes del sacrificio y los vuelve a avivar noblemente de modo que nuestra alma se llene nuevamente de luz, fortaleza y esperanza...”
En este sentido, la lucha para liberarse es sencilla, pero laboriosa. Es importante comenzar dando algunos pasos:
El primero, como es lógico, es entender el entorno dentro del cual te desenvuelves hoy en día y cómo te impacta. Es decir, en que te has convertido. Se trata de observar como éste transforma y forja progresivamente una personalidad que no es la tuya casi sin darte cuenta, cómo se originan complejos y limitaciones inducidos sistemáticamente que afectan tu desempeño individual.
Luego, en una segunda etapa tendrás que evaluar tu disposición para cambiar y transformar tu vida, estudiando y aprendiendo técnicas que te ayuden a liberarte, fortaleciendo tus cualidades personales; y finalmente forjar una nueva etapa en tu vida con base en tu evolución interior y el despertar de la conciencia, que fortalecerán tu poder personal y te permitirán utilizar las fuerzas de la naturaleza (Leyes) en tu beneficio. Ello te habilitará para luchar contra esas circunstancias y sus 'demonios internos’, y sobreponer un elevado nivel de consciencia espiritual al exceso de materialismo de esos ambientes hostiles.
Una vida donde logres tus sueños y programes tu éxito en un entorno de libertad, paz y armonía.
Tendrás que ejercitarte para enfrentar y mitigar situaciones de conflicto interior y aumentar tus posibilidades en escenarios complejos, y en otras situaciones en las cuales se requiera estimular tu fortaleza interior para luchar contra el fracaso.
Como se observa, es el inicio de un camino de liberación respecto a las condiciones del entorno. Es descubrir y eliminar esa personalidad y conducta inducidas, para abrir las puertas a una nueva existencia de logros, llena de éxitos espirituales y materiales. Con la capacidad y las cualidades para enfrentar los problemas y lograr cosas.
El proceso, aunque simple, requiere disciplina: Conocerte + Entender el impacto del entorno + Tu aptitud y experiencia + Desactivar impacto de fuentes controlantes + Ejercitar técnicas de superación + Activar procesos de crecimiento interior.
Estos pasos, te conducirán a vencer el miedo y los complejos, cambiar tu punto de vista, recuperar tu energía y salud, mejorar tus relaciones, control mental para lograr tus metas, fortalecer tu magnetismo personal, desarrollar la intuición, elevar tu nivel de consciencia espiritual, poder interior, y emprender un nuevo camino de evolución personal.
Estos pasos, te conducirán a vencer el miedo y los complejos, cambiar tu punto de vista, recuperar tu energía y salud, mejorar tus relaciones, control mental para lograr tus metas, fortalecer tu magnetismo personal, desarrollar la intuición, elevar tu nivel de consciencia espiritual, poder interior, y emprender un nuevo camino de evolución personal.
La victoria te espera. ¡¡Éxitos!!





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