Cooperar con la Creación

El conocido fundador de la psicología analítica, el doctor Carl G. Jung, en uno de sus ensayos afirmaba- “Me preocupa únicamente el destino del ser humano: esa unidad infinitesimal de la que depende el mundo…..”-

Esta interesante observación parece que viene a cargar sobre nuestras espaldas un gran reto; una responsabilidad que no hemos solicitado, pero que podría considerarse la razón misma por la que estamos aquí. 

Cuando pensamos en ello, lo primero que nos distingue de todos los demás seres vivos es la Capacidad de Pensar ¿Tiene esto algún significado? ¿Estamos usando esta capacidad única para seguir alegremente nuestro camino? ¿La usamos de modo que refleje la naturaleza de ese Poder mayor que nos ha creado?

El físico y premio Nobel Robert A. Millikan escribió en su autobiografía que el Arquitecto del Universo nos ha traído hasta aquí y nos ha dotado de la mente, y ahora nos toca a nosotros usarla. Toda la inteligencia y creatividad que hay en el universo fluye a través de nosotros y, en la medida que cooperamos con ellas, participamos como creadores de nuestro mundo.

Probablemente nunca lo hayamos tomado de esta manera, pero es una idea de gran importancia para todos nosotros.

¡Podemos cooperar con la Vida o Combatirla, ayudar u obstruir su flujo a través de nosotros!

Si cooperamos con la Vida y expresamos su naturaleza, recibimos un influjo de sabiduría y un impulso hacia la acción correcta.

¿Con qué frecuencia cooperamos? ¿Raras veces? ¿Solo a veces? ¿O la mayor parte de las veces? Parece que, por razones prácticas, nuestras ideas y nuestras acciones deben estar conformes con el más alto concepto que tenemos de nuestro creador ¿Es lógico o no?

Vives porque la Vida vive en ti. Te mueves porque existe una Energía Universal que fluye a través de ti. Piensas porque hay una Inteligencia Infinita que piensa a través de ti. Existes porque el Espíritu Divino ha buscado su individualización en ti.

Esta es la razón por la que se te ha llamado “Templo del Dios Viviente”. Hay una chispa divina en el centro de tu ser. Pero es necesario que lo reconozcas, que lo creas y actúes según esta creencia.

Si deseas formar parte íntima con este concepto te recomiendo un ejercicio de activación consciente, que conduce a la Consagración en este tema que nos ocupa:

"… Ahora reconozco mi derecho divino de nacimiento. Conscientemente entro a formar sociedad con la creación en la alegría, el amor y el sentimiento de paz....

Sé que vivo, actuó y recibo mi ser en la Vida del Espíritu. Dios busca expresarse a través de mí en forma distinta e individual.

Ahora acepto la responsabilidad de ser lo que realmente soy y responder a lo que la Vida espera de mí.

Hay un lugar en mi mente que se funde con la Mente Universal, y ahora extraigo toda mi fuerza y mi inspiración de esa fuente.

El brillo de la Presencia Divina me envuelve. En este conocimiento de la Unidad con el Altísimo, todo en mi vida es constructivo, creador de vida, santo y próspero. 

Soy la gozosa expresión de la Naturaleza Divina de Dios.."

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