Todos sabemos que los planes y programas personales están sujetos al impacto de todo lo que ocurre alrededor ¿Estás preparado para manejar la incertidumbre?
Si tu respuesta es negativa no te preocupes, al terminar de leer este artículo entenderás cómo enfrentar los cambios inesperados.
Los factores que te relacionan con el entorno
Nadie se desenvuelve en un entorno neutro. Nos relacionamos de diferentes maneras con personas y hechos que se transforman, y los cambios que se suscitan nos impactan en mayor o menor grado. Llegando incluso a modificar por completo nuestra forma de vida.
Todos los cambios, a cualquier nivel, tienen un impacto cuya magnitud depende del nivel de interacción que mantienes con ese elemento específico de cambio.
Las actividades del estado te afectan. Las leyes, normas, el régimen político bajo el que estés viviendo, períodos de guerra o de paz, luchas sociales, ideologías, activismo, pensamientos, información, logros, acciones, forman parte de la realidad que debes enfrentar.
Interactúas con personas con criterios étnicos, religiosos, filosóficos, específicos de tu cultura, tu sociedad, tu época, que no son ajenos a los cambios.
El desarrollo profesional tiene una influencia sobre ti. Según tu nivel de conocimiento y tus títulos, desempeñas tal o cual oficio. Tu educación te da oportunidad o limita tus posibilidades dependiendo de los estudios que hayas cursado.
Tu talento, tus habilidades, tu experiencia, tus éxitos y fracasos, todo impacta tus planes y propósitos de vida, y te darán la oportunidad de trabajar en forma independiente, o ser empleado en los sectores públicos o privado.
Dependiendo de tu actividad laboral y tus ingresos, puedes adquirir activos, bienes y mantener a tu familia. Ayudar a tus padres o a tus hijos, salir de vacaciones, comprar una casa, cambiar periódicamente de automóvil.
Mantienes relaciones sociales con tu grupo de amigos o compañeros en actividades recreativas, diversión o deportes, que dependen de decisiones compartidas y oportunidades que te da el entorno local, que son también susceptibles a los cambios.
Es costumbre pasar tiempo con nuestra familia, compartir valores, cooperación, vivencias de la época y la cultura de tu tierra natal. Esas costumbres pueden ser alteradas al modificarse la atmósfera social o de las personas por cualquier evento inesperado.
Por lo tanto, si la realidad de cualquier área de tu vida es alterada tendrá un impacto en ti. Personas que evolucionan, cambios sociales o políticos, ocurrencia de desastres geográficos, guerras, depresiones económicas o tendencias impulsadas por personas influyentes de cualquier área del poder político, militar, económico, dogmático, tecnológico, comunicacional, entre otros.
Los eventos de cambio someten a escrutinio tu capacidad de reacción y los resultados dependerán del nivel de control que tengas con respecto a todos los elementos que te relacionan con el entorno que son susceptibles al cambio.
Señales negativas del entorno
La experiencia nos dice que los cambios inesperados, de cualquier índole, modifican el rumbo de nuestra realidad. Según su alcance serán globales, regionales, de los países o del entorno social cercano. Si son negativos, los escenarios de tornan caóticos en la mayoría de los sectores. Industria, sociedad, ambiente, educación, economía, seguridad, .... , todo cambia. Estas perturbaciones también afectarán fuertemente nuestra vida. ¡Y, adiós a la normalidad!

Los hechos actuales en las américas, políticos e ideológicos, confrontación geopolítica, avances tecnológicos, enfermedades globales (pandemias), nuevas leyes, el acceso a la información, la inteligencia artificial y las presiones de clases poderosas por imponer sus intereses sobre las grandes mayorías, son un ejemplo real del impacto de los cambios en nuestra sociedad actual.
El impacto se refleja rápidamente en todos los elementos que nos relacionan con el entorno, profesión, negocios, relaciones personales, activos y bienes, trabajo, ingresos, seguridad social, recreación, necesidades y, por supuesto, tus planes para el futuro.
La sociedad en su conjunto cada día le cuesta más reaccionar en forma positiva ante el cambio y navega en un mar de contradicciones, enfrentando situaciones de lucha por su adaptación y supervivencia. Sometidos a escenarios inesperados las personas no disponen de otra opción que reinventarse de forma obligatoria o subsistir como víctimas de una dinámica realmente estresante. Luchar de cualquier forma por sobrevivir o huir (migraciones) de los escenarios hostiles, a los que no están acostumbrados, son las reacciones más frecuentes.
Hoy día es común pensar en un eventual colapso en corto o mediano plazo en algunos lugares. Y, aunque parezca increíble, estos hechos comienzan a darse en muchos países de la región, incluso del mundo, lo que es un ejemplo de expresión brutal de la realidad día a día y de las sorpresas que puede darnos la vida.
En conclusión, los cambios inesperados causan un impacto social y personal impresionante. La opción es ser valientes y prepararse para lograr el equilibrio necesario, ante los estados de incertidumbre inducidos u obligados, creada por factores fuera del control cotidiano.
¿Cómo actuar ante esta realidad?
Causa sorpresa que, a pesar de nuestra experiencia y señales manifiestas, la mayoría de las veces no estemos preparados para responder de manera positiva ante los cambios. Este pequeño error comienza al no tener claras nuestras posibilidades de reacción frente al riesgo. Es común que andemos en la vida sin explorar nuestras capacidades o debilidades ante los retos que impone el entorno. Algunos sólo hacemos un ejercicio de talento, aptitudes y habilidades para elaborar un resumen curricular y buscar trabajo.
Nuestra capacidad de respuesta frente al cambio dinámico depende del equilibrio de nuestro engranaje personal sistémico (Yo + El Entorno) respecto a la realidad. Este equilibrio personal nos permite responder en forma apropiada a la alteración en los escenarios complejos y cambiantes del mundo de hoy, y nos da la posibilidad de enfrentar el impacto y la incertidumbre cuando se presenten.
Lo que nos ha enseñado la experiencia es que somos un sistema personal que se relaciona con un entorno específico de oportunidades y amenazas mediante áreas de actividad. Por ello, todos los componentes de ese engranaje sistémico deben estar preparados para responder cómo un todo ante las dudas y la incertidumbre. Ese es nuestro reto.
Al evaluar los ajustes necesarios debemos verificar si ese ecosistema de desempeño individual está alineado con nuestros propósitos para cualquier escenario en tiempo real. Esto, como puedes ver, no es algo novedoso, es sólo un concepto complementario de las teorías de conducción del cambio.
Si, frente a un escenario negativo proyectado intentamos la fórmula tradicional del proceso de conducción del cambio se dificulta su aplicación, pues la realidad altera este estado, ya que las condiciones personales y del entorno varían día a día, lo que implica una situación dinámica y no estática desde el proceso inicial, la cual pudiera estar fuera de nuestro control.
El nivel de tu capacidad de respuesta es perceptible, fácilmente, si determinas la fortaleza de tus relaciones con el entorno. Para ello debes establecer el hábito práctico de monitorear con frecuencia el equilibrio en las diferentes áreas de tu vida en las que te relacionas. Por ejemplo, un escenario personal negativo se hace visible al manifestarse una valoración desigual en las áreas de actuación de nuestra vida, medido con relación a un valor estándar deseado, lo que muestra precisamente actitudes, conductas y alteraciones que debilitan nuestra capacidad de reacción.
La figura siguiente es un ejemplo de una individualidad con esas características de falta de equilibrio y enfoque. Puedes realizar este pequeño ejercicio de valoración en ti mismo, y te sorprenderás.
Para dar una solución práctica a este problema se requiere “recuperar el nivel de control en tu relación con el entorno”. Eso significa capacidad de respuesta ante los eventos reales y proyectados, basada en un equilibrio de las áreas en las que nos relacionamos en lo cotidiano.
Cualquier iniciativa al respecto pasa por echar un vistazo a tu vida en cualquier instante, luego verificar la razón de las desviaciones y determinar las necesidades de aprendizaje para lograr el equilibrio deseado.
Los aspectos más importantes de la estrategia para valorar las áreas de atención (Entorno) son:
- Enfoque: Expresado por la diferencia en la magnitud de la calificación de cada área con respecto al valor base deseado. Representa el esfuerzo que dedicamos a un área de vida específica.
- Alineación: Desviación de dirección respecto a nuestros deseos y metas. Representa trabajar el área específica en la dirección correcta, nuestros propósitos.
- Nivelación. Reducción de la brecha respecto al valor meta de enfoque y alineación.
- Equilibrio: Capacidad de reacción respecto a los cambios e imprevistos. Es una expresión cualitativa que se logra al completar el aprendizaje requerido en cada área para fortalecer nuestra posición ante el cambio.
Las posibles desviaciones darán lugar también, si es necesario, a un plan para fortalecer tu sistema personal (Y0). Las tareas más frecuentes son restaurar tu energía vital, transformar o desarrollar nuevas capacidades y habilidades, aprendizaje y promoción del talento, fortalecer valores, crear nuevos hábitos y explorar en tiempo real las posibilidades, acorde a la realidad cambiante del entorno.
Por ejemplo, si tu visión de vida es tener mucho dinero las áreas relacionadas con los negocios y la libertad financiera deben tener una alta valoración, gran equilibrio y mayor enfoque con ese propósito. Todo el resto de las áreas (relaciones, activos, profesión, desarrollo personal, salud, etc.) deben estar debidamente alineadas con ese objetivo.
El análisis es similar si tu visión de vida es otro. Por ejemplo, ser un excelente profesional, tener una personalidad genial o ser una persona con salud de hierro. La fórmula es muy simple: visión + estrategias + aprendizajes y hábitos + estilo de vida. Es sencillamente una forma de actuar y gerenciar tu vida para el cambio.
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Un estilo de vida en el que te preparas de manera natural para enfrentar interferencias que podrían limitar tu adaptabilidad a los escenarios de cambio proyectados, al establecer fuertes áreas de relaciones con el entorno dinámico y cambiante.
Actitud positiva frente al cambio. Transformación, equilibrio y adaptación relacional. Cuestionamiento de la realidad. Nuevos conocimientos, cualidades, aptitudes y hábitos, con el objetivo de alinear tus áreas de vida con tus propósitos en forma flexible. O, en su defecto, la capacidad de elegir un cambio de rumbo a un ambiente más flexible, pero con tus posibilidades y aptitudes claras.
La experiencia demuestra que un equilibrio relacional fuerte con el entorno mediante áreas de actuación da la confianza y la seguridad para enfrentar interferencias causadas por la realidad hostil y cambiante. Lo tienen las personas con gran autoestima y energía, que creen en sus capacidades para enfrentan los problemas en forma positiva, con afán de ganar y con objetivos claros frente a la realidad que perciben.
¡Prepárate para enfrentar el cambio inesperado!
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