Qué conducta te dan tus ideas?

La mayoría sentimos que nos comportamos bastante bien y normalmente esperamos una buena conducta de parte de los demás. Continuamente insistimos a nuestros hijos y amigos en la importancia de portarse bien. Ese es nuestro punto de vista. ¿Pero, es eso cierto, o nos estamos engañando a nosotros mismos? 

En nuestro entorno podría parecer que nos comportemos bien, pero la conducta que más cuenta no se puede ver está en nuestro interior, ... en las ideas, en nuestro espíritu.

¿Hasta qué punto están bien disciplinadas nuestras ideas? Si nos analizamos un poco, podríamos notar que son probablemente mucho más traviesas de lo que parece. Y sobre todo ¿Qué impacto producen en nuestro comportamiento habitual y cuáles son las reacciones somáticas?

El Dr. Dwight L. Wilbur, experto en el tema, en su oportunidad como miembro del Colegio de Médicos de América, afirmó que entre uno y dos tercios de las personas que acuden a la consulta del médico no padecen ninguna enfermedad orgánica reconocible. Pero eso no significa que su padecimiento sea imaginario, sino más bien que se trata de una disfunción provocada por su modo de pensar. 

Una y otra vez nos enfrentamos a la misma pregunta: ¿qué nos estamos provocando a nosotros mismos con las cosas que nos permitimos pensar? Y, a menudo, la respuesta es controversial: más daño que bien. Con nuestro modo de pensar negativo no solo perjudicamos nuestro cuerpo, sino que también influimos adversamente en cada situación en que nos vemos involucrados.

¿Por qué ocurre eso?

Pasamos una infinidad de tiempo quejándonos de todo tipo de problemas, pero rara vez nos dedicamos a identificar y buscar las ideas que nos han causado tales problemas. Hasta que no nos metamos de lleno e impongamos una cierta disciplina a nuestra manera de pensar se seguirán repitiendo las mismas ideas monótonas y nuestros problemas se quedarán sin solución.

Pero, no debemos desesperarnos por ello. Lo bueno del asunto, es que al detectar el problema, en cualquier momento podemos empezar a educar nuestras ideas en los rudimentos de la buena conducta. Se trata sencillamente de pensar más en lo que deseamos para nuestro bien que en lo que no. Nuestras experiencias en la vida son potencialmente el resultado de las ideas que nacen en nuestra mente, así que todo lo que necesitamos es que nuestros pensamientos se comporten adecuadamente.

Para ello una buena orientación es imprescindible. El bien está en los cimientos de todas las cosas, a pesar de que pueda parecer ausente. Pero hay que reconocer su presencia, ya que solo hay un espíritu y éste está en tu interior y en el interior de todas las cosas, allí donde vayas lo encontrarás. Todo comienza al explorar tu comportamiento personal.

Encontrarás el espíritu en las personas, en los lugares, en los seres y en los objetos. Este espíritu único, que se manifiesta en todo y a través de todo, incluido tú mismo, ajusta automáticamente las partes del Todo. Así, puedes aceptar con total seguridad que el espíritu que hay en tu interior te precede y te prepara el camino. Tu convicción debe ser que tu fe esta puesta en algo real, cierto como las leyes de la vida, exacto como los principios de las matemáticas. Es la energía vital que da fuerza a cada uno de tus pensamientos, cada una de tus acciones, cuando estos se encuentran en armonía con esa fuerza.

En ese contexto, consagrar tu pensamiento a esta afirmación es clave para controlar y modificar tu pensamiento y tu estado mental.

Para ello debes afirmarte a ti mismo, lo siguiente:

“... Sé que el Espíritu que habita en mi interior me precede y hace que el camino que siguen mis experiencias sea perfecto, llano, fácil y feliz. No hay nada en mí que pueda obstruir los circuitos divinos de la vida, la totalidad y la perfección. Mi mundo positivo disuelve cualquier pensamiento o impulso negativos que proyectarían la sombra de la imperfección sobre los límites de mi experiencia.

Solo me identifico con el Espíritu vivo; con toda la energía, toda la presencia y toda la vida que existe. Levanto mi copa en conformidad, sabedor de que la lluvia divina la llenará hasta el borde..”

Para logra un mejor resultado en este último ejercicio te recomiendo hacerlo en un estado propicio de relajación consciente, los resultados y cambios en tus cualidades personales vendrán más rápido.

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