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Infecciones mentales

No es ningún secreto, y estudios científicos serios lo han comprobado, que 'la salud y la enfermedad mental son tan contagiosas como una sonrisa o el sarampión'. 


Infecciones Mentales

Una de las cosas más importantes en la vida, contra las que hay que defenderse, es la naturaleza infecciosa de las ideas y de las emociones negativas.


No podemos pasar por alto las implicaciones que una idea como ésta tiene para todos nosotros. 

Evidentemente, usamos el término “contagiar” en dos sentidos distintos. Sabemos que podemos contagiarnos con las emociones: la felicidad o la tristeza, el amor o el odio, el valor o el miedo; y con los estado mentales: la estabilidad o la inestabilidad, el poder o la debilidad, la confianza o el temor que vemos en los demás. Sin embargo, hay que estar conscientes que la reacción a ello siempre será responsabilidad de nosotros y portaremos el “virus”, bueno o malo, multiplicándolo en nuestro entorno. 

Si nos dejamos contagiar por los temores de otros, por ejemplo, esto será a su vez todo cuanto nosotros podemos transmitir a los demás.

Uno de nuestros principales enemigos en esta lucha es que siempre andamos desprevenidos y no analizamos conscientemente cuáles ideas, pensamientos o estados mentales nos afectan de forma negativa. Al no realizar esta evaluación, no cumplimos con la tarea de entrenar a nuestro cuerpo para que ello sea habitual, y nuestro subconsciente queda abierto a la percepción y su efecto. 

El subconsciente no decide que es bueno o no. Es como una impresionante máquina, perfecta en sus acciones, pero que actúa de acuerdo con lo que aprende. Al andar desprevenidos, es como si lo estuviésemos engañando.

Es escandaloso pensar en la proporcion que alcanza una reacción en cadena por “contagio emocional negativo” y sus consecuencias, pero es real. Lo observamos diariamente en las diferentes comunidades, pueblos o países del mundo en general. Sociedades con atmósferas mentales sumamente dañinas, que contagian a personas por sus sistemas de vida forjados, con persuasivos y depravados entornos, que perturban los estados mentales y crean el vicio, la violencia, la crueldad, la perversión, el racismo, la esclavitud funcional, hostilidad y guerras, entre otras calamidades. 

Invariablemente, las emociones inducidas son somatizadas y se manifiestan en desequilibrio, falta de armonía y enfermedades de diversa índole.

No obstante, compartimos la idea esperanzadora de que los factores positivos son igualmente contagiosos y se propagan de la misma manera, de ello también tenemos evidencia en las sociedades del mundo; ambientes acogedores llenos de alegría, bondad, paz, bienestar; que llaman al trabajo, a la salud, el progreso y a valores superiores de vida y evolución. 

Independientemente de lo infecciosos que puedan ser los pensamientos negativos de una sociedad todos contamos con un cierto factor interior de resistencia, que podemos potenciar a voluntad. Para ello solo tenemos que educar a nuestro pensamiento.

Tenemos la capacidad de decidir en gran medida si queremos dejarnos infectar.

Lograrlo en un fascinante reto, pero el camino es muy sencillo. Debemos desarrollar nuestra estabilidad mental y emocional hasta el punto en que nos resistamos voluntariamente a adquirir actitudes no deseadas, que sólo sirven para sacar de armonía y desequilibrar totalmente las funciones de nuestro cuerpo y dejarnos completamente debilitados en nuestras defensas, desprotegidos y literalmente abiertos a problemas físicos graves. Esta debilidad nos conduce irremediablemente a repetir errores en forma inconsciente, pero sistemática.

A la inversa, las cosas buenas que adoptemos de los demás y de nuestro entorno pueden contribuir a nuestra salud y bienestar.

Lo importante aquí es que al ejercitarnos creamos un hábito. Nuestra memoria subconsciente aprende lo que le decimos con nuestros actos y su percepción conduce a automatizar la actitud y crear la costumbre. Volvemos a insistir en que sólo tú determinas a qué ideas eres susceptible y en qué medida las tomas. ¡Es simple, no te contagies del tipo equivocado de pensamientos!

“No es posible que experimentes toda la alegría de vivir si te identificas con un estado mental inferior a esa misma alegría”

Las imágenes que hay en tu mente atraen, a la vez que también eres atraído, a las personas, circunstancias y situaciones que convergen en estados mentales similares, es el principio básico de la ley de cción y reacción

Infecciones mentales


Es importante ejercitarnos para albergar solo ideas constructivas y rechazar todas las demás. Existe un principio de perfección en el centro del ser, es una presencia invisible que constantemente se externaliza desde dentro de cada uno de nosotros y da el rumbo que toma la vida, hoy y siempre. 

Para fortalecer esta posición recurre a tu naturaleza interior. Identifícate como un hijo o hija de las alturas. Reconoce la inteligencia y la perfección que se esconde detrás de todas las cosas. 

Recuerda, e insisto en esto, que la naturaleza del pensamiento es creativa y se manifiesta tarde o temprano en tu vida diaria, atrayendo aquellas condiciones que se corresponden en forma exacta con su naturaleza.

También son parte del gran pensamiento, del Todo; y consecuentemente está gobernado por leyes naturales, por ello debemos tomar conciencia que los guía la divinidad.

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