Entender lo que somos, lo que define nuestra realidad, requiere de un fascinante proceso reflexivo a través de nuestras vivencias, que nos lleva, inevitablemente, de regreso hasta nuestra infancia. Es realizar un pequeño viaje interior que tiene el poder de aclarar el camino andado y nos permite renovar nuestra capacidad de enfrentar el presente.
Por supuesto, no recordamos todas nuestras experiencias. Según los psicólogos, los primeros recuerdos conscientes se remontan aproximadamente al tercer año de vida y sólo son fragmentos de la memoria que quedan. Si intentas recordar estos hechos tan distantes te llega una imagen fugaz, una impresión, rostros más o menos difusos que surgen al evocar tu primera juventud.
Aunque no te guste invocar el pasado es absolutamente necesario realizar este viaje de la memoria para conocerte mejor, porque todo lo que haces o dejas de hacer es producto de ese pasado. Tus pensamientos, ideas, deseos, decisiones, actos o acciones de hoy dependen de todas las creencias e interacciones que has desarrollado desde el momento en el que surgiste a la vida desde el vientre materno.
Todas las impresiones físicas, mentales, emocionales y espirituales, sean estas conscientes o inconscientes, están profundamente arraigadas en tu ser, pese a que no tengas de ello una memoria manifiesta. Sin embargo, cuando entraste en el escenario de la vida eras un ser puro sin condicionamientos, excepto tu patrimonio genético, provisto de todas las cualidades para desempeñarte en forma exitosa por la vida, tal como está establecido en las leyes naturales de la Creación.
¿Por qué las cosas cambiaron? ¿En qué momento comenzaste a actuar de manera diferente a lo previsto en tu raíz espiritual pura y tu patrimonio genético?
¿Por qué las cosas cambiaron? ¿En qué momento comenzaste a actuar de manera diferente a lo previsto en tu raíz espiritual pura y tu patrimonio genético?
¡Todo comenzó desde tu nacimiento!
Animados por las mejores intenciones, tus padres, tus familiares, comenzaron a educarte, inculcando valores morales, enseñando a caminar, a sentarte, a portarse bien en la mesa, así como a pensar, a hablar, a expresarse correctamente de acuerdos con sus costumbres de la época en que vives y la cultura de tu tierra de origen.
Animados por las mejores intenciones, tus padres, tus familiares, comenzaron a educarte, inculcando valores morales, enseñando a caminar, a sentarte, a portarse bien en la mesa, así como a pensar, a hablar, a expresarse correctamente de acuerdos con sus costumbres de la época en que vives y la cultura de tu tierra de origen.
Estos esfuerzos que tienen sus virtudes y son el deber de una familia han creado tu realidad interior, anclando en ti unos patrones de pensamiento, de expresión, de comportamiento, de acción que son parte de ti y lo seguirán siendo en la fecha, que tengas veinte, cuarenta, sesenta u ochenta años; a menos, por supuesto, que tu decidas cambiar esas creencias.
No se trata obviamente de cuestionar una formación indispensable, que probablemente te ha evitado el destino de un ser sin educación o asocial, sino de concienciarte de todos aquellos elementos psicológicos y físicos que han contribuido a dar forma y a construir a la persona que eres actualmente.
No se trata obviamente de cuestionar una formación indispensable, que probablemente te ha evitado el destino de un ser sin educación o asocial, sino de concienciarte de todos aquellos elementos psicológicos y físicos que han contribuido a dar forma y a construir a la persona que eres actualmente.
A esta educación familiar se añaden las programaciones por interacción escolar, de tu grupo de amigos o compañeros, de tus actividades sociales, físicas o deportivas… Este 'adiestramiento' se ha continuado a lo largo de tu crecimiento porque no has evolucionado en un entorno neutro, tu personalidad también depende de criterios étnicos, religiosos, sociales, filosófico, específicos a tu país, tu cultura, tu sociedad, tu continente, tu época…
Todos los eventos que se han desarrollado desde tu nacimiento e incluso mucho antes, en la medida en que se ha condicionado a tus padres, tus abuelos, tus antepasados, influyen también en tu cuerpo, tu mente, tus emociones, tu energía vital, ... y te acompañan en tu evolución.
Así también, tu realidad es función del régimen político bajo el que naciste y bajo el que estés viviendo en la actualidad, que conozcas o hayas experimentado períodos de guerra o de paz, luchas sociales; en función de tus ideas, tu activismo, tus acciones y creaciones llegaste a ser lo que eres en la actualidad.
Tu realidad en el trabajo actual también tiene el mismo origen. Es consecuencia de los estudios que hayas cursado, de tus conocimientos y tus experiencias. Tus fracasos o éxitos escolares y universitarios darán lugar a tus oportunidades en este ámbito. Del mismo modo las oportunidades de formación; qué hayas cursado o no estudios de cierto nivel académico, marca tu realidad, porque en el mundo de hoy el nivel de educación abre oportunidades de acceso o limita las posibilidades de optar a un trabajo específico, de acuerdo con tus deseos. Eso factores podrían generar, además, sentimientos de culpabilidad, ya que perder oportunidades por no haber podido cursar estudios que te correspondieran en el colegio o la universidad suele ser lamentable.
Tu realidad en el trabajo actual también tiene el mismo origen. Es consecuencia de los estudios que hayas cursado, de tus conocimientos y tus experiencias. Tus fracasos o éxitos escolares y universitarios darán lugar a tus oportunidades en este ámbito. Del mismo modo las oportunidades de formación; qué hayas cursado o no estudios de cierto nivel académico, marca tu realidad, porque en el mundo de hoy el nivel de educación abre oportunidades de acceso o limita las posibilidades de optar a un trabajo específico, de acuerdo con tus deseos. Eso factores podrían generar, además, sentimientos de culpabilidad, ya que perder oportunidades por no haber podido cursar estudios que te correspondieran en el colegio o la universidad suele ser lamentable.
Por lo tanto, según tu nivel de conocimientos y tus títulos, desempeñas en este momento tal o cual oficio. Este ha diseñado en ti determinadas formas de pensar, hablar y actuar que también definen tu realidad como todos los demás condicionamientos.
Dependiendo de tu puesto y de tu sueldo, o de tus ingresos, podrás o no disponer de los medios para mantener cómodamente a tu familia, ayudar a tus padres o a tus hijos, salir de vacaciones, comprar una casa, cambiar periódicamente de automóvil.
Tu exposición a los medios de información y la gran cantidad de noticias, avisos, sugerencias, ofertas, dogmas, ideologías, hechos, fenómenos de diversa índole, influyen también en tus creencias y puedes condicionar tus decisiones si no tienes una base mental sólida.
¿Eres o no eres un ser creativo, un ser satisfecho, que toma decisiones correctas? ¿Te llevas bien o no con tu jefe, tus colegas? ¿Se te ofrecen o no oportunidades de promoción, aumento de sueldo, cambios? ¿Sientes afectos o admiración desmedida por ciertos personajes famosos o brillantes?
Y esa es tu realidad. Esta combinación de factores tiene un impacto en ti, en tu entorno y en tus decisiones, a su vez, influyen en tu actitud y tu estado de ánimo frente a la existencia.
Nuestra vida completa es una cadena ininterrumpida de causas y consecuencias, que se convierten a su vez en causas que generan nuevas consecuencias, ...
Nuestra vida completa es una cadena ininterrumpida de causas y consecuencias, que se convierten a su vez en causas que generan nuevas consecuencias, ...
Se podría comparar nuestro camino en la tierra con una cadena sin fin que, para algunos, de hecho, no se detiene con la muerte física, sino que se perpetúa a lo largo de otras vidas cuya cantidad depende del grado de evolución logrado en cada una de ellas y que se detendrá al convertirnos en los seres que éramos inicialmente y a los que aspiramos interiormente, la perfección del Padre de la Creación.
Conocer las razones del impacto de nuestro pasado en nuestra personalidad y realidad actual es clave para establecer el camino que nos proporcionará una acertada decisión de cambio interior, si es necesario; forjando una personalidad acorde a nuestros deseos y con la realidad de nuestro tiempo y del futuro. Es esencial para establecer un punto de partida y fomentar tu capacidad de evolución interior, mediante el ejercicio de acciones concretas para enfrentarnos a la existencia, gestionar nuestra experiencia y cambiar en la dirección correcta.
Se trata de construir nuestra evolución consciente a esa supuesta perfección.
Te puede interesar 📚👇
Repito, no se trata aquí de echar todo a perder, tu educación, tu entorno, las enseñanzas de tus padres, tu trabajo, tus ideas espirituales o políticas, dejar de ver a tus amigos, emigrar… ¡ni de cambiar de vestuario! Se trata de mirar las cosas como son y separar lo que es bueno de lo que no lo es.
Separar las ideas que te permiten avanzar y entrenar tu mente para el mundo del futuro, construir una mentalidad que te libere de las barreras limitantes y los condicionamientos que te mantienen en una prisión psíquica de muros invisibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta aventura,